Punto 1: Llevar el evangelio a la juventud rebelde que está prejuiciada contra la iglesia y por lo tanto, contra Cristo, en una forma pura, completa y sobre todo libre de las influencias sociales que lo adulteran.

Punto 2: Volver a la vivencia y militancia de la iglesia primitiva.

Punto 3: Sacar la cultura del evangelio.

Punto 4: Estimular y ayudar a que las iglesias se desprendan de lo que impide y obstaculiza la obra del Espíritu Santo e impide el cumplimiento de su misión en el mundo y servir como agente unificador de la iglesia.

Punto 5: Darle ejemplo a las iglesias de la vivencia de la sana doctrina a la luz de las Escrituras.

Punto 6: Levantar cristianos llenos de amor y del poder de Dios, con la sana doctrina, libres de materialismo y de patrones imprácticos e innecesarios; que sepan hacer justicia social.

Punto 7: Interceder delante de Dios e identificar ante la iglesia el moderno fariseísmo que enseña por doctrina mandamientos de hombres.

Punto 8: Llevar el evangelio a las calles y a los sectores marginados de la sociedad.

Punto 9: Estar dispuestos a morir por la causa de Cristo. Ser los futuros mártires de la Iglesia.